Fabricación ética
Fue la artesanía que descubrió durante sus viajes lo que inspiró a Gabriella Cortese a introducirse en el mundo de la moda. En esta época industrial global, continuar este proceso de fabricación anacrónico es una forma de resistencia. Pero vale la pena. Cada pieza artesanal es única. De temporada en temporada, la dimensión humana de este proceso ha asumido plena importancia. El desarrollo sostenible no se trata solo del medio ambiente. En este término genérico, hay tres pilares fundadores: el social, el ambiental y el económico. Las acciones de Antik Batik con sus proveedores se ajustan perfectamente a este enfoque. El entorno social de los socios cuenta enormemente para nosotros. Las relaciones que vinculan la marca con sus socios son primordiales. Es una cadena de solidaridad en la que cada uno apoya y ayuda al otro. “En tiempos de crisis, nos dirigimos hacia lo que es ético, volvemos a las cosas que son verdaderas, con raíces. Tenemos un deseo por lo hecho a mano, la autenticidad y la humanidad. Mano y humano hacen la diferencia ".
Hecho con amor
Gabriella le da vida a su constante aprecio por la artesanía tradicional del mundo al hacer de las técnicas milenarias la base de sus colecciones. “El trabajo manual es un valor que se está perdiendo en el mundo. Estos gestos ancestrales se conservan gracias a la fabricación que reivindica su diferencia. "Bordado, tejido, estampado, todo en el vestuario de Antik Batik es fruto la paciencia y cuidado de un ejército de artesanos: "Me encanta la ropa que tiene alma. Prefiero producir menos, pero mejor ".
Colaboraciones Duraderas
Antik Batik ha desarrollado fuertes vínculos con más de 20 talleres en todo el mundo, algunos de los cuales han estado con nosotros desde el principio. Son la unidad secreta de control de calidad de nuestra marca, y nos esforzamos por recompensar su trabajo con acuerdos justos para mantenerlos sostenibles a largo plazo. “Nuestras relaciones son humanas. Conozco a su familia y ellos a la mía ”. Gabriella Cortese pasa cuatro meses de cada año viajando por el mundo para reunirse con nuestros artesanos, intercambiar información sobre su arte y escucharlos para ayudarlos a mejorar sus condiciones de vida. A través de la creación de sus colecciones, Gabriella también ha estado creando una familia, tejiendo relaciones amorosas, confiadas y respetuosas que siguen creciendo junto con la marca.